28-04-2023
De programas de fiestas a folletos turísticos; de documentación militar a documentación personal; de propaganda de libros a catálogos de maquinaria industrial. Cartas, trabajos escolares, revistas, tebeos, álbumes… Miles de papeles forman parte del Archivo Documental de nuestro museo.
Hoy destacamos un poema en particular de entre los registros de poesía del Archivo. Fechado el 1 de mayo de 1938, este texto se titula El año dos mil. En apenas medio folio a dos caras, estos pocos versos manuscritos nos permiten saber cómo su escritor -y las personas de la década de los treinta- pensaba que sería el mundo en el año 2000, todo con un toque muy irónico.
El año dos mil
El que viva en el año dos mil
verá con asombro los tiempos cambiaos…
pues no hará falta el albañil
aunque haya goteras en algún tejao.
Las niñeras serán suprimidas
porque ya los niños vendrán criaos
en los parques y en las avenidas
ya no las veremos con tantos soldaos.
Los políticos no tendrán vida
porque ya el Congreso estará derribao…
y cualquiera que una cosa pida
en aquel momento lo tiene aprobao.
Los serenos se darán un tiro
porque ya las casas no tendrán portal…
y cualquiera tendrá un autogiro
con una azotea para aterrizar.
No habrá huelgas, palos, tiros
porque ya la gente será muy formal,
y los guardias serán suprimidos
para su trabajo no habrá material.
Por la calle será perseguido
todo aquel que quiera vivir de un jornal
pero en cambio será distinguido
aquel que no quiera nunca trabajar.
En el viaje directo a la Luna
en quince minutos se podrá llegar…
y podrán sin molestia ninguna
subir a la Luna y volver a bajar.
Los camellos, los cerdos y bueyes
por (en)cima del agua podrán galopar
y cualquiera será hombre de Leyes
porque los borricos ya sabrán hablar.
Pero ya se me aflojan los muelles
y con su permiso me voy a acostar
la cabeza se me vuelve un fuelle
al año dos mil no pienso llegar.
Desconocemos el origen de este pequeño documento y quién lo escribió, aunque lo firma con (R.O.P.).
Autora: Marian Tristán, coordinadora del museo.